El balance

La era Zapatero ha terminado. Es por lo tanto un buen  momento para  hacer balance del estado de nuestra profesión, si bien ya  adelanto que no hay que ser un lince para darse cuenta que el resultado es que seguimos avanzando a pesar de que podríamos y deberíamos está mejor que estamos.

No soy de naturaleza triunfalista, pero hay que reconocer que la era Zapatero, supongo que por casualidad, nos ha favorecido profesionalmente, pues los estudios que nos llevan a la obtención del título profesional de Graduado Social  ha obtenido el rango universitario que nos era debido, ahora estan  nivelados a los estudios de otras profesiones con las que nos suelen confundir y con las que teníamos un grado de calificación inferior, pues nosotros éramos diplomados y ellos licenciados, y ahora somos todos pues “graduados” en virtud de la reforma del plan de Bolonia.

Y ha salido, en el último minuto de vida de las cortes de Zapatero, una nueva la norma básica que configura nuestro hacer profesional, la Ley de Procedimiento Laboral. En la medida que se vea la nueva configuración que se da al proceso laboral y con la relevancia y grado de igualdad con que se nos va a permitir seguir trabajado bajo la toga de Graduado Social, se entenderá por qué doy tanta importancia a esta norma legal.

Porque siendo cierto que se han quedado fuera  de las reformas del procedimiento laboral, supongo que porque no se ha sabido gestionar el tema desde el Consejo General, nuestras actuaciones frente a los actos de gestión administrativa de los órganos de la seguridad social, también lo es que el papel del Graduado Social en la jurisdicción laboral sale con esta nueva ley de procedimiento con  el máximo reconocimiento y equiparacion .

Se quedó en el tintero del legislador la reforma de los colegios profesionales, que era la esperanza que nos quedaba algunos de que por ahí esta profesión nuestra se pudiera liberal por fin de la oligarquía que controla la marca “Graduado Social” por medio de un sistema colegial basado en la falta de democracia interna, como ya he explicado en alguna otra ocasión pues es una opinión personal mía ya conocida.

Asi que nos queda, en ese sentido, el seguir esperado a ver si por fin alguna reforma del nuevo gobierno que salga de las urnas se acuerda de regular ya de una vez los colegios profesionales y nos libera de tener que estar pagando de forma obligatoria para que unos pocos se puedan pavonear en fiestas, premios, y demás saraos institucionales, que como ha quedado demostrado en nada sirven a la profesión ni a los profesionales que la integramos.

La crisis económica, que produce los 5 millones de parados que deja la época Zapatero, está afectando a nuestros despachos como al resto de la sociedad. Son tiempos de cambios, son tiempos de reformas, son tiempos que debemos de saber usar para fortalecer nuestro patrimonio profesional, básicamente con un buen hacer y sin complejos caducos e infundados.

Somos una profesión preparada, tenemos los instrumentos legales y técnicos necesarios para hacernos respectar en el mundo de los servicios de gestión  y somos los operadores jurídicos adecuados para realizar la defensa de los intereses de nuestros clientes. Y además y a pesar de quienes pretende ser los dueños de la profesión, tenemos un futuro prometedor.

El balance profesional es por lo tanto positivo, a pesar de Zapatero y San Martin.

Eugenio de la Cruz Silva